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La cifras son abrumadoras, la crisis del coronavirus ha llevado a más de 650.000 trabajadores catalanes a perder su empleo temporalmente.
El sindicato Comisiones Obreras CCOO advierte de que el personal con puestos más precarios es el más castigado por la suspensión de contratos y la recesión. Una situación que aspira a propagar las condiciones laborales de penuria a límites impensables.

La contratación se ha inmerso en el peor retroceso que se recuerda sin haberse repuesto al completo del tropiezo de hace una década. Con la precariedad «consolidada como modelo laboral» en Cataluña las colas en los bancos de alimentos empiezan a ser demasiado largas.
Estos datos apuntan a que Cataluña vivirá en los próximos años la mayor recesión desde la segunda Guerra Mundial. Una situación que va a derivar en un empobrecimiento considerable de la población más vulnerable.