18 de oct de 20212 min.
Actualizado: 7 de dic de 2023
El emblemático lazo de color rosa nació en 1991 pero en realidad se utilizó el color melocotón, la elección del color rosa fue posterior para eludir permisos de autoría.
Pero si nos remontamos a sus orígenes, la utilización de lazos para conmemoraciones alcanzaron reconocimiento mundial como símbolo de solidaridad hacia una causa el año 1979, cuando Penney Laingen, esposa de uno de los 52 estadounidenses secuestrados como rehenes en Irán, alzó un lazo amarillo pidiendo su liberación.
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Más tarde la idea fue recuperada por los movimientos de lucha contra el SIDA, en aquella ocasión, de color rojo. Y fue Charlotte Haley, luchadora contra la enfermedad del cáncer y superviviente, la que decidió, tras superar su convalescencia, repartir lazos para concienciar acerca de esta enfermedad.
Así se dedicó a confeccionar lazos de color melocotón a mano, para luego repartirlos en los supermercados y locales de su barrio. Pero no satisfecha con ello decidió enviar a mujeres de renombre un pack de cinco lazos acompañados de una nota que advertía de lo siguiente: “El presupuesto anual del Instituto Nacional de Cáncer es de 1.8 billones de dólares, de los cuales sólo el 5% se destinan a la prevención del cáncer. Ayúdanos a despertar a nuestros legisladores y a EEUU utilizando este lazo”.
Tal fue la repercusión de esta acción que la editora de la revista Self y la vicepresidenta de Estée Lauder, no tardaron en ver la repercusión que podrían tener los lazos asociados a sus marcas. Pero Haley rechazó la oferta de utilización de los lazos por vislumbrar un claro interés económico-comercial en ésta.
Fue entonces cuando la revista, para eludir el permiso de Haley, cambió el color melocotón por el rosa. Una nueva muestra en la que se constata que las copias asociadas a altas dosis de poder en muchos casos superan al original.